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A través del espejo

“To be or not to be…”:

Posted on octubre 26th, 2007 by henrietta
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Parece que el mes de agosto es el más adecuado para descansar, disfrutar delsol, olvidar cualquier tema que sea mínimamente serio y no para estar reunidodebatiendo sobre el futuro de nuestro sistema solar. Sin embargo, este año astrónomos de todo el mundo han decidido, por fin, explicarnos qué tenemos que entender por “planeta” y dejar de especular acerca de si iban a ser 12, o más o menos, los que conformarían, a partir de ahora, nuestro sistema solar.

Durante estas últimas semanas pensábamos que a los planetas ya aceptados como tales se les podían sumar otros muchos rápidamente y, sin embargo, al final no ha sido así. Al contrario, Plutón, que ya causó polémica en su momento, acaba de perder su estatus de miembro del sistema planetario para pasar a ser un planeta “enano”. Curiosa denominación, ciertamente, si tenemos en cuenta que no se habla, en contraposición, de planetas gigantes, que también podría haberlos.

En este caso, no podremos hacer un paralelismo con la historia de Gulliver en el país de los gigantes y en el país de los enanos porque nos quedamos sólo con planetas “enanos”.

En el fondo, cualquiera que sea la denominación, lo cierto es que Plutón sigue donde estaba, moviéndose en su órbita un tanto excéntrica y totalmente ajeno a si es o no enano.

Podríamos, incluso, pensar que los astrónomos reunidos en Praga han evitado aguar la fiesta a los astrólogos que tendrían que haberse reciclado a toda velocidad para poder explicar el influjo de tantos nuevos planetas que podrían haber aparecido si finalmente se hubiese admitido a Ceres, Xena y Caronte como planetas “de verdad”. Así, Ceres seguirá siendo nuestro asteroide “maternal”, Xena acompañará a Plutón como planeta “enano” y Caronte continuará como una “luna” más de Plutón.

Lo más positivo del debate, independientemente de que sean o no Plutón y los otros cuerpos considerados como planetas, es que, tantos siglos después de la revolución que supuso la teoría heliocéntrica de un gigante mental como Copérnico,
alguien se haya atrevido a definir qué es y qué no es un planeta.

Conformémonos con esto, que no estamos en esta época para nuevas revoluciones, y acabemos de disfrutar todos, astrónomos incluidos, de nuestras más que merecidas vacaciones.

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