A través del espejo

37 y espero que el año próximo cumpla uno más y el otro y el otro…

No voy a hacer reflexiones filosóficas sobre los cumpleaños, sin embargo. Hoy no toca.

A las 23.50 de ayer llegué a Ibiza, después de aguantar dos retrasos consecutivos. Iberia ya no es lo que era. Parece que te dicen un horario aproximado para que te acerques al aeropuerto y luego, con paciencia, esperes a que llegue el vuelo y te toque salir, por fin. En algo sí siguen siendo iguales: hay momentos en que ni te enteras que estás volando ni despegando ni aterrizando. Parece como si sus aviones fuesen más suaves que los demás. Hay momentos en que los sientes como una nube más en el cielo, curioso, ciertamente.

Reflexiones aparte, éste ha sido un puente «diferente». Ya empezó de forma diferente porque no acostumbro a anticipar mis viajes y esta vez, por alguna razón, se me ocurrió que era memor irme viernes y no sábado. Simplemente, tenía que llegar.

El tiempo no acompañó mucho en Galicia pero podría haber sido peor. Lo más peculiar fue el vuelo de Ibiza a Madrid, sobre una península cubierta de nieve, salvo las carreteras y de Madrid a Coruña, lo mismo, salvo en las cercanías del aeropuerto de destino. La costa realmente impresionante y con sol, que duró más bien poco.

Al día siguiente empezaba la fiesta oficial, paseo por Coruña, visita al museo de bellas artes, que ciertamente bien vale una visita. Colección temporal del MNAC y permanentes de abanicos franceses, numismática, Goya, muebles antiguos, impresionistas… un poco de todo para cubrir todos los gustos y más, amenizado con música para niños en el auditorio.

Domingo pasado por agua en Santiago. Mi segunda vez en la ciudad, que vale una tercera visita, por lo menos. En la anterior no la vi bajo la lluvia; en ésta llovió por las dos veces. Aun así es preciosa. Esto y una excelente comida en A tafona do peregrino, un hotelito precioso, lo convierten en una visita más que merecedora de repetir.

Lunes, día tranquilo para pasear, charlar y deleitarse con charlas variadas… además de coger energías para la excursión del día siguiente: A costa da morte. También me gustó, sobre todo cuando hacía sol; la costa no se ve igual con nubes. El horizonte era espléndido. De hecho, ahora mismo volvería.

Lástima que lo bueno dure poco y el miércoles ya tocaba despedirnos. En fin, habrá una próxima vez espero.