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A través del espejo

¡Felices fiestas!:

Posted on diciembre 24th, 2008 by henrietta
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Un año más, vuelven aquellos días en que las palabras que más escucharemos serán buenos deseos no sólo para lo poco que nos queda de año sino especialmente para el que pronto empieza.
 
Parece que durante las Navidades todos tenemos que estar alegres obligatoriamente. Incluso este año, nos afecte o no la crisis, no será una excepción. Lo más divertido es que parece que la mayoría de la gente deja atrás sus preocupaciones cotidianas para sustituirlas por la típica rutina de comprar-cocinar-comer y vuelta a empezar.
 
Este año, tal vez, sea algo diferente porque ha habido empresas que se han «atrevido» a suprimir las tradicionales comidas o cenas de navidad. Sin embargo, esto no pasará de ser, para la mayoría, una mera anécdota. No faltarán otros motivos de diversión.
 
No obstante, casi al margen de esta mayoría de personas que se ilusionan año tras año con las Navidades, no faltan quienes no encuentran nada especial que celebrar en estas fechas. Evidentemente, el significado tradicional de la Navidad se ha sustituido por una ansia consumista de la que es diferente escapar. Hay excepciones, por supuesto, pero no son más que eso: excepciones.
 
Personalmente, se me hace extraño pensar que hay quien no se deja contagiar por este ambiente festivo y prefiere ignorarlo pero ocurre. Hace unos días, alguien me decía que sentir algo especial en estos días tiene que ver con los recuerdos de la infancia. Así, si tienes recuerdos de una infancia cálida en estas fechas probablemente disfrutes más. Al contrario, a falta de buenos recuerdos, se puede hacer más difícil encontrar un motivo para celebrar las Navidades. Lo cierto es que no sé si es o no motivo suficiente ni si es el único pero algo tendrán estas fiestas que a mí sí me contagian del espíritu navideño.
 
Así pues, seguiremos, como de costumbre, cortando unos cuantos arbolitos para adornar nuestras casas, colocando los nacimientos a gusto de cada uno, invitando a Santa Claus a acordarse de nosotros y dejarnos algún que otro regalito, a abrir, escribir y mandar felicitaciones sin necesidad de incrementar nuestras facturas telefónicas ni gastar tantos sellos como años atrás gracias a la comodidad del correo electrónico, que nos permite contactar rápida y fácilmente de aquellos que están más lejos…
 
Y, aunque sea un tópico, no me queda más que transmitir mis mejores deseos para estas Navidades.

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