De la realidad a la utopía:
Posted on diciembre 19th, 2007 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Creo que hay dos perspectivas desde las que podemos ver a las personas. Por
una parte, hay quienes intentan siempre ver lo que nos une y, por otra,
quienes quieren ver aquello que nos separa.
Está claro que si en un grupo con afinidad de opinión sobre un tema
concreto, preguntamos sobre otra cuestión, que no tiene nada que ver, la
inicial semejanza quedará difuminada cuando nos demos cuenta que sobre otro
tema las opiniones son totalmente dispares. Quienes nos vean desde una
perspectiva de unidad, se quedarán con la idea inicial de que nos parecemos.
Sin embargo, los que busquen penetrar en el interior se darán cuenta que en
todo lo demás somos dispares. Siendo así, no es de extrañar que las
relaciones humanas sean tan complicadas.
La realidad nos enseña que no hay dos personas iguales y que lo que puede
unirnos habitualmente se compensa con multitud de pequeños detalles que
hacen que esta similitud casi se desvanezca. Esto puede ocurrir casi con
todo: desde la política, la religión, el idioma o pequeñas cosas como las
preferencias culinarias… Así podría seguir durante horas. Esta es la causa
de que no haya una religión universal o un idioma único.
La realidad nos enseña que somos diversos y esto enriquece. Al mismo tiempo,
la utopía nos lleva a pensar si no sería mejor unificar ciertos criterios
aunque, claro, esto es contrario a la esencia humana.
Por muchas vueltas que le demos a un tema, nunca llegaremos a una solución
unívoca y estas energías reprimidas de la mente que no se pueden expresar en
la realidad tienen que trasladarse al mundo de lo onírico y, así, resulta
que lo que no ocurre durante el día puede suceder en nuestros sueños. Así,
hace unos días tuve una conversación sobre los Legionarios de Cristo con una
persona y, con otra, sobre una teoría, no recuerdo de quién, según la cual
en el año 2012 llegará el tantas veces anunciado fin del mundo. Esto fue la
realidad y la ficción llegó en forma de sueño cuando unos Legionarios de
Cristo predicaban el fin del mundo en el año 2012.
Son ciertamente sorprendentes las interpretaciones que nuestra mente puede
hacer de la realidad.