A través del espejo

Reflejos de plata inundan mi habitación,
me atraen hacia la ventana.
La noche nos cubre con su dulzura,
silencio incoloro, estrellas sin música…
¿Cuántas personas aguardarán, vigilantes,
a que el día haga realidad sus sueños?

Niños, que piden miles de regalos:
castillos con princesas, disfraces guerreros,
juegos, tantos juegos, magia…,
que llene de ilusión sus rostros;
un gordo y sonrosado viajero,
que convierte fantasmas en risas.

Enamorados, que piden, que buscan,
que encuentran, que esperan, impasibles,
su momento de felicidad eterno,
junto a ti, esquivo, huidizo, asustado…,
a quien puedan confesar que no duermen, sueñan,
que no viven, sólo son lo que sienten.