A través del espejo

Hoy vamos a hablar de un fenómeno de talento musical hereditario, el de la familia Bach.

A lo largo de cinco generaciones encontramos más de 50 músicos en la familia, originaria de Turingia, donde la mayoría de ellos durante los siglos XVII y XVIII fueron destacados instrumentistas.

Era tan conocida y popular la familia Bach que en la segunda mitad del siglo XVIII, en algunas regiones, cuando alguien tocaba un instrumento, era un Bach, apellido que era sinónimo de músico.

Esta familia alcanza la cumbre de gloria y talento en la persona de Johann Sebastián Bach, que fue continuado por sus hijos Wilhelm Friedmann, Carl Philip Emmanuel y Johann Christian, el último nombre importante de esta dinastía de grandes artistas.

Bach había nacido en 1685.

A los 10 años Johann Sebastián Bach comenzó a trabajar como integrante del coro de la iglesia de San Miguel. Al fallecer sus padres, fue a  vivir con su hermano mayor, Johann Christoph, músico residente en Obrdruf.

Johann Sebastián mostró un talento extraordinario para la ejecución de distintos instrumentos –órgano y violín-.

A los 15 años se estableció en Lunenburgo y fue en 1707 cuando se casó con su prima María Bárbara Back, que le dio 7 hijos. Al enviudar, se casó en segundas nupcias con Anna Magdalena Wülken, con quien tuvo 13 hijos.

Nombrado organista y violinista de la capilla del duque de Weimar, compuso allí la mayoría de sus obras para órgano.

Su fama de notable organista se extendió rápidamente dando lugar a un original torneo de virtuosismo que debía realizarse en la ciudad de Dresde a donde llegó el famoso clavecinista francés Marchand y cuentan que éste, al oír tocar e improvisar a Bach en el órgano, abandonó la ciudad a toda prisa.

Nombrado maestro de capilla en la corte de Anhalt-Köthen compuso allí dos conciertos para violín, el concierto para dos violines y los seis conciertos de Brandenburgo.

En 1723 aceptó el puesto de cantor de la escuela de Santo Tomás, en Lepizig, donde permaneció hasta su muerte en julio de 1750. Aquí escribió su célebre Pasión según San Mateo, la Gran Misa en sí menor, el oratorio de navidad y la casi totalidad de sus trescientas cantadas.

Tocata y fuga